Morsas y encuentros con ballenas: el hombre que cuenta historias extremas de un Ártico en peligro
Andreas Heide rompe el hielo tras una inmersión en apnea en Trollfjorden, norte de Noruega, en enero de 2020. Foto: Sophie Bolesworth/barba

Andreas B. Heide ha sido preseleccionado para el premio Shackleton por su trabajo en el extremo norte del Ártico, acercándose a la naturaleza para conectar emocionalmente a la gente con un ecosistema frágil.

Decir que las imágenes de Andreas B. Heide durante su jornada laboral en el Ártico son dramáticas es quedarse corto: un apneísta a gran profundidad en un traje de neopreno negro, su esbelta silueta realzada por unas poderosas aletas de pala, mirando hacia arriba, hacia un grupo de orcas; o de pie sobre una placa de hielo junto a un pequeño velero en el Ártico, en medio de un mar lleno de témpanos de aspecto peligroso y escasa visibilidad.

Pero para este biólogo marino y aventurero, sumergirse en aguas heladas con orcas o embarcarse en una expedición de 4 mil 500 millas en velero desde el norte del Ártico hasta Reino Unido, ida y vuelta, documentando el comportamiento de las ballenas y sus dramáticos encuentros con osos polares, ballenas y morsas, es todo parte integrante de una narración de historias que espera pueda acabar cambiando el comportamiento humano. Trabaja con científicos y conservacionistas, fotógrafos y pilotos de drones, para subrayar la importancia de la conservación en el extremo norte, en condiciones difíciles.

“Hay una pregunta que todos nos hacemos, como ecologistas y periodistas, y es: ¿por qué, cuando como humanos somos conscientes del cambio climático y de la contaminación por plásticos, no actuamos colectivamente para hacer algo al respecto?” dice B. Heide. “Parte de esa razón es la falta de conocimiento”.

“Imagina una foto de la luna desde la superficie lunar. Pero luego, imagina la superficie lunar con un astronauta sobre ella, es completamente diferente. Tiene una respuesta emocional. Eso es lo que queremos transmitir”.

B. Heide, de 44 años, es una de las ocho personas nominadas para la medalla Shackleton a la protección de las regiones polares, que reconoce a individuos que se juegan el todo por el todo para proteger el Ártico y el Antártico. El 10 de mayo se dará a conocer el ganador del galardón, cuyo jurado estará compuesto, entre otros, por el explorador Sir Ranulph Fiennes y el historiador y presentador Dan Snow.

“Cuanto más grande es un animal, más te conectas con él. Así es la psicología humana”. Andreas B. Heide

Morsas y encuentros con ballenas: el hombre que cuenta historias extremas de un Ártico en peligro - diver-and-humpback-whales-2023-11-27-05-03-37-utc
Foto: Envato Elements

Nacido en la ciudad costera noruega de Stavanger, B. Heide pasó su infancia cerca del agua. Empezó a bucear en apnea a los 10 años y tuvo su primer barco a los ocho o nueve. Pasó dos años en el ejército como paracaidista, trabajando con helicópteros y submarinos, para adquirir las habilidades necesarias para navegar por el Ártico.

Dice que quiere compartir conocimientos y crear una conexión emocional con el medio marino. “Hacer que la gente entienda que lo que hace es importante para el ecosistema ártico, incluidos los osos polares y las ballenas azules y las orcas”.

Trabaja con ballenas, dice, porque son las “embajadoras por excelencia del océano y despiertan una conexión emocional entre la gente”. “Cuanto más grande es un animal, más te conectas con él. Así es la psicología humana”.

Acepta que pasar frío forma parte de su trabajo, por doloroso que sea. “A veces, cuando salgo a la superficie, me cuesta hablar porque tengo los labios entumecidos por el frío. Utilizo a menudo un traje de neopreno, porque es más rápido en el agua. La velocidad lo es todo si quieres seguir el ritmo de una ballena. Pero a veces utilizamos trajes secos, que te permiten permanecer más tiempo en el agua; con un traje seco puedes estar media hora”.

Heide cree que su método de navegar por las a menudo traicioneras condiciones árticas en un pequeño velero, Barba, le ayuda a conectar mejor con la naturaleza y la gente.

“Si estuviéramos allí en un buque de expedición de última generación de 5 millones de euros (90 millones 470 mil pesos), sería menos impactante. En un barco pequeño, tienes que conectar con la naturaleza y tu vida se rige por ella. Te salpica el mar en la cara.

“Ernest Shackleton y su tripulación salieron a traspasar los límites con los medios que tenían a su disposición, con espíritu aventurero y ganas de explorar”.

Traducción: Ligia M. Oliver

No te pierdas: OpenAI considera permitir crear pornografía generada por IA

Síguenos en

Google News
Flipboard